Acostumbrada a su rutina diaria, Ashenee vive acompañada del sonido de los platos en el fregadero, al grito de las comandas, al olor del café y al de dulces recién hechos. Su familia es una de las últimas tribus powani que vive en Sioux Falls, un pequeño pueblecito de Dakota del Sur, ciudad donde todos conocen sus famosas tortitas, donde a nadie le importa que sea nativa, donde se siente como en casa. Anhela sus costumbres, vivir en una reserva y compartir su vida con su madre, su abuela y su mejor amiga Magaki. Sin embargo, el destino tiene otras intenciones: este decide darle señales que nadie más ve.
Un árido paraje la espera cada noche en sus sueños, un peligroso desierto que ya no encuentra desconocido, no como aquel joven guerrero que suplica ayuda, su ayuda. ¿Quién es? ¿Por qué la llamaba?
Una noche, tras observar una aurora boreal, su vida cambia por completo. Aquellas montañas ya no eran visiones; eran tan reales como los acelerados latidos de su corazón, y tan verdaderos como el muchacho que trataba de contactar con ella.
Tras un viaje a un mundo que no conoce, deberá encontrarse a sí misma, tendrá que luchar contra su mente y su corazón, pues deberá escoger si renuncia al amor de su vida o a lo más importante: su familia.